martes, 7 de mayo de 2013

AGRICULTURA (O LA CULTURA QUE "IVA" PARA NO VOLVER)

“España es cultura”. Así reza el lema del portal web que el Ministerio de Cultura de este nuestro amado país (por el clima, la comida y la geografía, claro, que yo soy un patriota) ha creado para difundir la cultura y obra de nuestros artistas. O al menos eso dicen los que se hacen eco de la noticia, porque yo todavía ando con la mosca detrás de la oreja.

Y es que en realidad el portal se llama www.españaescultura.es, es decir, que lo de “España es cultura” no deja de ser una interpretación. Yo, visto lo visto, creo que lo que pone, de verdad de la buena, es “España escultura”. Y ahora que me convenzan de lo contrario. “España escultura”. ¡Qué bien suena! Bueno, sonar no suena, y menos con la que está cayendo… y ahora que lo pienso tampoco soy capaz de imaginarme la pinta que tiene la talla, pero ¡qué bien… lo que sea! ¡Si es español, tiene carácter! ¿O no?

¿Que por qué creo que lo que pone es “España escultura”? Pues por eliminación, ¡y no me ha hecho falta ni el comodín del 50%! Porque, sinceramente, creo que en este país la otra interpretación es, simple y llanamente, improbable (que no imposible, aunque fuera en otros tiempos). España tuvo (y tiene) cultura de la de El Gaitero (famosa en el mundo entero, ya saben –si es que hasta para la publicidad tenemos arte-), y a pesar de los continuos atropellos que nuestros gobernantes han ido cometiendo, ha logrado subsistir aunque fuera en el underground, en el infierno. Y como de Orfeos, afortunadamente, vamos sobrados, somos muchos los que seguimos bajando a encontrar a nuestra Eurídice. La diferencia está en que Orfeo sólo tuvo que bajar una vez, y en España nos están mal acostumbrando a frecuentar el subsuelo con la frecuencia con la que uno llega a casa para poder disfrutar de un remanso de paz. Y eso ya huele a chamuscado.

Es entonces cuando me acuerdo del término que mi buen amigo Carlos emplea para definir eso que tenemos en España: Agricultura. Así, como suena, aunque no se está refiriendo a la noble actividad de cultivar la tierra (de la que paradójicamente se ha vivido aquí durante mucho tiempo, mientras el resto de Europa se iba desarrollando). ¿O sí? Porque en realidad, si lo pensamos bien, aquí lo que se lleva y se fomenta desde hace mucho tiempo es la cultura del tomate, ese que se atraganta de sobremesa, se repite hasta por la noche y se reproduce en todas las cadenas de televisión. Agricultura, o cultura de lo agrio. Total, si ya hasta en los supermercados es todo de invernadero…

¿Y de quién es la culpa? Lo fácil sería echársela a los comensales, que ya se tragan cualquier cosa, pero lo cierto es que es de los que manejan el mercado, de los terratenientes, que se empeñan en hacer inaccesible el consumo de manjares que cabrían en cualquier gourmet del planeta. Estamos ante el éxodo de la cultura; una cultura que IVA para no volver, al menos hasta que cambien nuestros gestores.

Y digo esto porque, al mismo tiempo que lanzan www.españaescultura.es, deciden ponérselo “fácil” a los mismos artistas a los que dicen que están promocionando… y a todos los demás, suprimiendo lo único que nos acercaba al resto de países civilizados: el tipo de IVA reducido. No, no, no es que lo hayan quitado para no gravar las actividades culturales y facilitar su consumo a los mortales, sino que lo han suprimido para aplicar la tasa de los artículos de lujo, que para chorradas estamos. Aquí es donde mi amigo vuelve a tener razón: volvemos a la época de la agricultura mientras los demás crecen.

Veamos, comparando nuestro IVA reducido con el de los demás “socios” del cotarro, encontramos: Portugal, 13%; Rusia, 0%; Suiza, 2%; Luxemburgo, 3%; Holanda, Suecia y Bélgica, 6%; Noruega y Turquía, 9%; Finlandia, 9%; Grecia e Irlanda (¡países rescatados!), 9%; Francia, entre el 2,5 y 5,5%... España, 21% (y del salario medio ni hablamos…).

Pero es que claro, cuando tenemos una crisis de ingresos como la que tenemos, dar absoluta prioridad a la cultura habría mucha gente que tampoco lo entendería. Que conste que no lo digo yo (incluyendo los errores sintácticos), así que por favor no me hagan destinatario de sus tomates (otra vez la agricultura…). El ilustrado no es otro que nuestro ministro de educación y otros menesteres, el señor Wert, el mismo que subió sin tapujos el impuesto sobre los cuadernos escolares porque nadie puede decir si un cuaderno lo usa un niño de 6º de primaria o un arquitecto que tiene su estudio. No tendrá hijos, o no serán arquitectos (lo cierto es que no me extrañaría ninguna de las dos cosas, que lo de la burbuja inmobiliaria está muy mal visto hoy en día). Aunque les digo una cosa: igual es problema de cultura dentro del propio partido, porque cuando todos aplauden mientras el portavoz de la cueva de los ladrones (perdón, de Hacienda quería decir) advierte que hay que distinguir entre productos culturales y entretenimiento, me hace pensar que a todos ellos les convalidaron las clases sin dar un palo al agua (¡Coño! ¡Igual por eso están tan empeñados en recortar recursos educativos! Total, no hacen falta tantos profesores ¿no? Y si recortamos en cultura hay menos que enseñar…). Bueno, no seamos tan malos: igual el susodicho se ha caído De Guindos en un mal día (y otra vez entramos en el terreno de la Agricultura…).

Entonces ¿qué es cultura, y qué entretenimiento? ¿Acaso tienen que estar reñidos? Porque yo voy (IVA) al cine para entretenerme, voy (IVA) a museos para entretenerme, voy (IVA) a conciertos para entretenerme, voy (IVA) al teatro para entretenerme, voy (IVA) a espectáculos de danza para entretenerme… Claro que igual Meliès, Hitchcock, Buñuel, Picasso, Dalí, Gargallo, Beethoven, Judas Priest, los Beatles, Lope de Vega, Cervantes, Shakespeare, Calderón de la Barca o Nureyev, entre tantos otros, aspiraron demasiado alto pensando que lo que hacían era arte, cuando en realidad eran simples bufones. Que no, que no os enteráis: que hay que distinguir… ¡pero por si acaso, les “multan” a todos! ¡Que a ellos no se la dan con queso! Y parece que funciona, porque sólo en el último año ha descendido el número de espectadores en la nada despreciable cifra de 1,8 millones… ¡Así nos centramos en trabajar, que para eso nos pagan! (Ah, no, que de eso también hay que recortar…)

Dice la Constitución española (art. 44.1) que los poderes públicos deben promover y tutelar el acceso a la cultura al que todos tienen derecho. Pero hoy por hoy los menores siguen sin poder entrar a los conciertos, los soportes de música siguen tributando como artículos de lujo, los grandes museos han visto reducido su presupuesto hasta niveles de centros culturales de distrito, los teatros del gobierno no IVAn mientras los privados agonizan… ¿Será que la constitución es sólo para “todos” los que tienen derechos (es decir, para “los demás”)?

Tal vez deban plantearse su concepto de cultura, que lo que están promoviendo y tutelando no son actividades para formar a la sociedad de una manera constructiva. Tal vez, y sólo tal vez, piensan que como somos gilipollas nos vamos a conformar con simple entretenimiento, con los productos de consumo rápido que nos lanzan desde la televisión, con esos tomates transgénicos que nos intentan vender al precio de frescos (y dale con la Agricultura). Que si como Orfeo tengo que bajar al mismo infierno, pues bajo, pero no para ir al huerto, oiga. 

“España escultura”… “España inmóvil”…  “España no se mueve”… ¡Ah! ¡Creo que ahora lo entiendo! Pero para su conocimiento: cultura no es lo mismo que entretenimiento, ni estar jodido es lo mismo que estar jodiendo (ya lo dijo Cela, que algo de cultura aún me queda). ¡Carlos, qué razón tienes!

1 comentario:

  1. Tuve que quitar la entrada y volverla a poner, porque no se veía! (o saltaba la entrada anterior con el título de ésta). No sé por qué ha ocurrido, pero en cualquier caso, lo siento!

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